viernes, 27 de enero de 2012

Un vistazo a Blancanieves

Blancanieves y el Narcisimo 

Hola a todos, nuevamente voy a hacer referencia a un término utilizado en psicología,  espero me acompañen en este viaje que trataré de hacer ameno y fácil de comprender. Para ello recurriré a una lectura de Freud y a un interesante análisis del cuento de Blancanieves.

¿Que significa el  Narcisismo?
 Es para el psicoanálisis uno de sus conceptos básicos y puede ser definido haciendo alusión al mito de Narciso de manera general como el amor a la propia imagen.
En el desarrollo de su teoría, Sigmund Freud distinguió los conceptos narcisismo primario y narcisismo secundario, los que a su vez pueden definirse de manera más precisa como sigue:
El narcisismo primario designa un estado precoz en el que el niño vuelca o dirige toda su libido sobre sí mismo. El narcisismo secundario designa una vuelta sobre el yo de la libido, generalmente luego de alcanzada la edad adulta.
 Dentro de la obra freudiana no se utiliza el término de una sola manera  y, los diferentes autores postfreudianos lo utilizan y describen de diferentes formas. Sin embargo, la clave parece estar en la distinción entre el Ich Ideal (en idioma alemán) y el Ideal Ich, el primero (Yo Ideal) equivalente a narcisimo primario, producto de la identificación primaria - aquella de mayor valencia del sujeto - «que es a los progenitores porque aún no hay conocimiento de la diferencia sexual.» Esta identificación inaugura "el nuevo acto psíquico" que permite al niño decir Yo, como unidad, gracias a la instauración del Superyó primitivo, que según  esta teoría, se instaura luego de la salida del complejo de Edipo.
Vale aquí una aclaración: los aspectos económico-dinámicos-tópicos,  conforman el triángulo de conceptos de esta teoría llamada meta-psicología, con ella Freud quiso diferenciarse, así con este nombre,  de la llamada  Psicología tradicional de su tiempo.
Diferenciando a su vez esta teoría en dos Tópicas: La primera alude a lugares hipotéticos y meramente descriptivos donde se suponían que ocurrían los fenómenos psíquicos del pensamiento, conocidos con el nombre de: Consciente-Preconsciente-Inconsciente, abandonando el término Subconsciente utilizado anteriormente porque se prestaba a confusión. Esta tópica es conocida también como la tópica de los lugares.
Más adelante, en  la segunda tópica,  propone el triángulo Ello-Yo-Superyó, conocida como la tópica de instancias.
El narcisismo dirá Freud es un sistema, que está compuesto por ese Yo Ideal; por el Ideal del Yo ("el Yo ideal proyectado y escindido"), el Superyó y los Ich. Que dan por resultado el sistema narcisista.
Del sistema narcisista dependen la autoestima o imagen de sí , los estados del humor (depresión, manía, melancolía), las funciones de la idealización, el fenómeno funcional del sueño poco profundo, inquieto e interrumpido con cierta frecuencia, la represión propiamente dicha y la sublimación.

Desarrollo y descripción del concepto

 

La utilización del término «narcisismo» es anterior al psicoanálisis. Aparentemente el primero en utilizarlo no fue Freud, sino el psicólogo francés Alfred Binet en 1887 En la definición de Binet el término designa a una variante de fetichismo focalizada en el propio cuerpo como objeto de deseo sexual. El concepto fue luego tomado por Havelock Ellis, para denominar un comportamiento sexual perverso relacionado metafóricamente con la historia de Narciso de la mitología griega. Tenemos además, una alusión a este fenómeno  en el cuento infantil "Blancanieves" cuando la reina,  su  madrastra, pasa horas mirándose al espejo, y hasta le pregunta quien es la mas bella, esperando una respuesta favorable, y cuando no la obtiene quiere eliminar a su imaginaria rival, su hijastra una  humilde princesita, que luego es rescatada por un príncipe.

Blancanieves es uno de los cuentos de hadas más conocidos. Durante siglos se ha ido relatando de diversas maneras en todas las lenguas y países europeos y, de allí, se fue extendiendo a los demás continentes. Por lo general, el título de la historia es simplemente el nombre de  Blancanieves, aunque existen numerosas variantes.
Hoy en día, este cuento se conoce comúnmente bajo el título de "Blancanieves y los siete enanitos", modificación realizada seguramente a partir de 1941, año del gran estreno cinematográfico de la película de Walt Disney que lleva el mismo título.  Esta modificación, no es muy favorable, hace hincapié en los enanitos, quienes, habiendo fracasado en el proceso de desarrollo hacia una condición humana más madura, permanecen fijados en un nivel pre-edípico , los enanitos no tienen padres, ni tampoco se casan ni tienen hijos.

 Análisis y diferencias del cuento con la película.

La siguiente es una Interpretación del cuento desde el punto de vista del psicoanálisis.
 Al inicio de la película el príncipe conoce a Blancanieves cuando la escucha cantar con los pájaros mientras realiza sus tareas domésticas en el castillo. En el cuento, el príncipe tan solo conoce a Blancanieves al final de la historia. Y el inicio del cuento es diferente al de la película.
La historia del cuento comienza cuando la madre de Blancanieves se pincha un dedo y tres gotas de sangre resbalan sobre la nieve. Aquí se indican ya los problemas que plantea la historia: la inocencia sexual y la pureza, simbolizada por el blanco de la nieve, contrastan con el deseo sexual, simbolizado por la sangre roja. Al oír las primeras frases de Blancanieves, el pequeño descubre que el hecho de sangrar tres gotas de sangre (tres porque es el numero que, en el inconsciente, está más íntimamente relacionado con el sexo)- es  una condición previa para la fecundación, pues precede necesariamente al nacimiento de un niño. Aqui ya se puede ver que algo no anda bien con esta familia, ya que no se nos habla de su madre, ni tan siquiera de su padre. Blancanieves se encuentra completamente sola ante su madrastra.

La causa de que la reina quiera matar a Blancanieves, tanto en la película como en el cuento, es su propio narcisismo. Éste está representado por el espejo mágico y su continua búsqueda de seguridad respeto a su belleza, mucho antes de que la hermosura de Blancanieves eclipse la suya. La reina, al consultar en todo momento al espejo sobre sus cualidades  –es decir,  sobre su belleza-, repite el antiguo mito de Narciso, que se enamoró de sí mismo, hasta el extremo de quedar totalmente absorbido por su propio amor. Es la imagen del progenitor narcisista que se siente amenazado por el crecimiento de su hijo, pues esto  significa que él está envejeciendo. Mientras el niño es totalmente dependiente, permanece como si fuera parte de su progenitor; no hiere el narcisismo paterno. Pero cuando el pequeño empieza a crecer y alcanza la independencia, esta figura paterna narcisista lo experimenta como una amenaza.


El narcisismo es parte importante del carácter del niño. El pequeño debe aprender gradualmente a superar esta peligrosa forma de sentirse implicado en todas las cosas. La historia de Blancanieves nos previene de las fatales consecuencias que puede acarrear el narcisismo, tanto para el padre como para el hijo.

 El narcisismo de Blancanieves en el cuento llega casi a destruirla cuando cede por dos veces consecutivas (solamente una en la película) a las trampas que la reina disfrazada le tiende para hacerla parecer todavía más hermosa; mientras que la reina acaba por ser destruida por su propio narcisismo.

Los celos en el niño son normales mientras atraviesa la fase edípica; incluso pueden llegar a dominar esta fase . Una madre (madrastra) narcisista no es un personaje apropiado para relacionarse con él/ella. 


Una figura importante que aparece tanto en el cuento como en la película es la del cazador, que la madrastra envía para matar a Blancanieves en las dos historias. Esta figura masculina podría interpretarse como una representación inconsciente del padre: el cazador, al que se le da la orden de matar a Blancanieves y que, sin embargo, le salva la vida. Esto es lo que a la niña en el período edípico le gustaría creer de su padre, que ante lo que la madre le ruega, se pondría de parte de su hija, burlando, así, a la madre.  A nivel inconsciente, el cazador es un símbolo de protección. A un nivel más profundo, simboliza la represión de las violentas tendencias animales y asociales que coexisten en el ser humano, es la metáfora de las normas sociales y de convivencia que reprimen los instintos naturales, lo que Freud denomina como Superyó. Pero una pregunta que se nos puede plantear es, y que puede  ser aplicable a la mayoría de los cuentos de este estilo: ¿Por qué la figura materna es tan despreciable, mientras que el padre aparece simplemente inútil e inepto y muchas veces está ausente? El hecho de que se describa a la madre (madrastra) como un ser perverso y al padre como alguien sumamente débil, hace referencia a lo que el niño  espera de sus padres. En una familia nuclear típica, el deber del padre consiste en proteger al niño de los peligros del mundo externo y de los que sus propias tendencias asociales originen. La madre tiene que proporcionar la nutrición y la satisfacción de las necesidades físicas inmediatas, imprescindibles para la supervivencia del niño.
En los cuentos de hadas generalmente, los caballeros no solo encuentran princesas, sino que las encuentran en garras de "brujas" o "mujeres malvadas" y entonces las rescatan. A menudo hay un paralelismo imaginario vinculado con este tipo de rescate, y podemos verlo en el hecho de que un hombre, de buenas a primeras, puede perder todo su atractivo sexual para una mujer desde el momento en que muestra algún tipo de complicidad con su madre. Frecuentes son las quejas en cuanto a este curioso fenómeno, pues los hombres argumentan que, debido a que aman a la hija, es que estan tratando de ser amables con su madre. Pero esto implica pagar un precio en términos de su propio valor erótico. Según palabras del psicoanalista inglés Darian Leader: "Es mucho más sensato que el hombre que quiere volverse más atractivo para una mujer sea más cariñoso con los gatos que con la madre de ella. A muchas mujeres no solo les gustan los gatos, sino los hombres a quienes les gustan los gatos".

Se destaca, además en estos cuentos, que si la madre abandona al pequeño, la vida  de éste estará plagada de peligros. Si el padre es débil y descuida sus obligaciones, la vida del niño no se ve tan directamente perjudicada, aunque, al carecer de la protección paterna, el pequeño tendrá que arreglárselas por su cuenta. Así, Blancanieves se ve obligada a defenderse sola al ser abandonada por el cazador (figura paterna) en medio del bosque. Hasta que por fin  encuentra la casa de  los enanitos.


El tiempo que Blancanieves permanece junto a los enanitos es una existencia feliz y pacífica, en que deja de ser una niña, incapaz de enfrentarse a los problemas que el mundo le plantea, para convertirse en una muchacha que aprende a trabajar y a disfrutar de sus tareas. Esto es precisamente lo que los enanitos le exigen si quiere quedarse a vivir con ellos: puede permanecer a su lado y no le faltará nada:
«cuidarás de nuestra casa, coserás, cocinarás, y lo tendrás todo muy limpio y aseado». Esto sucede en el cuento, aunque en la película ocurre de manera similar, pues los enanitos no son los que le exigen que trabaje, sino que ella se ofrece   voluntariamente a hacerlo. Podemos percibir que esta Blancanieves (la de la película) es algo más ingenua.
Los  siete enanitos coinciden con los siete días de la semana: días llenos de trabajo. Así pues, si Blancanieves quiere desarrollarse satisfactoriamente, deberá hacer suyo este universo de trabajo; este aspecto que caracteriza su estancia con los enanitos es fácilmente comprensible.

El origen de la armoniosa belleza de Blancanieves parece provenir del sol. De acuerdo con las creencias de los antiguos, eran siete los  planetas que giraban alrededor del sol; de ahí los siete enanitos.

Estas connotaciones no son válidas para el niño actual. En él, los enanitos evocan otras asociaciones inconscientes. Los enanos son personajes masculinos que no han logrado completar su desarrollo. Poseen connotaciones fálicas, se los ve, además,  como seres que  se sienten satisfechos con la rutina de sus actividades y que  no aspiran a nada mas en la vida. 


En la película de  Walt Disney se da a cada enanito un nombre distinto y una personalidad determinada, en el cuento son todos idénticos. Esto obstaculiza la comprensión inconsciente de que simbolizan una forma de existencia pre-individual e inmadura que Blancanieves tiene que superar. Así pues, al añadir a los cuentos de hadas estas modificaciones erróneas, que aparentemente incrementan el interés por la historia, lo único que se consigue es destruir el relato porque se dificulta la correcta comprensión del significado profundo del mismo.

Aunque no se mencione el tiempo que Blancanieves permaneció con los enanitos antes de que la madrastra reapareciera en su vida, sabemos que lo que induce a Blancanieves a abrir la puerta y permitir que la reina entre en la casa, disfrazada de vendedora ambulante, es su atracción por las cintas de corsé. Esto pone de manifiesto que Blancanieves es ya una adolescente perfectamente desarrollada y, siguiendo la moda de aquella época, necesita y desea tener cintas de corsé. Ahora bien, en la película sí que apreciamos el tiempo que transcurre desde que es expulsada del castillo hasta que aparece la reina disfrazada: se puede afirmar que un día o dos como mucho, ya que la reina enseguida descubre que se halla en el interior del bosque con los enanitos. No hay un periodo largo de tiempo, pues no aparece la voz del narrador, que aparece en otros momentos, para decírnoslo. Y es precisamente el dibujo del personaje de Blancanieves el que nos pone de manifiesto que no hay un cambio de edad, debido a que es el mismo al principio de la película que al final, cuando debería haber habido una evolución, una caracterización diferente del dibujo que, sin embargo, permanece igual.


En el cuento, la manzana que la aldeana ofrece a Blancanieves simboliza el amor y el sexo, tanto en su aspecto positivo como peligroso. La manzana que se ofreció a Afrodita, diosa del amor, dando a entender que era la preferida de entre todas las diosas, provocó la guerra de Troya. Por otra parte, la manzana bíblica fue el instrumento que tentó al hombre a renunciar a la inocencia a cambio de conocimiento y sexo, desde ahí se conoce como símbolo de la tentación; actualmente la manzana también la concebimos como símbolo de salud, frescura y juventud. 

Para vencer el recelo de Blancanieves, la reina corta la manzana por la mitad y se come la parte blanca, ofreciendo a la muchacha la parte roja, es decir, la mitad “envenenada”. A esta altura del cuento, en el inconsciente ya tenemos formada  la doble naturaleza de Blancanieves: era blanca como la nieve y roja como la sangre; su ser consta de dos aspectos, el asexual y el erótico. El hecho de comer la parte roja (erótica) de la manzana significa el fin de la inocencia de Blancanieves.

Sin embargo, este motivo no se mantiene en la película. En ésta, la anciana ofrece a Blancanieves la manzana roja entera, diciéndole que si la muerde sus deseos se harán realidad. Al final del cuento, la reina obtiene su merecido y es obligada a bailar con unos zapatos calientes hasta caer muerta. Así queda bien claro que es castigada.  En la película, en cambio, sabemos que cae por el acantilado, pero ¿ha muerto? Nos lo imaginamos, pero no lo sabemos a ciencia cierta. Quizá Disney, al cabo del tiempo, quiera sacar un “Blancanieves y los siete enanitos 2” y la reina resucite, no habiendo muerto, pues el acantilado daba al mar, o se sujetó de una rama... en definitiva, ¿que se puede hacer con  la interpretación de un final abierto?
Hay una diferencia clara en el  final  de ambas historias:

Final cuento:  boda con el príncipe-----------castigo de la madrastra.

Final película: castigo madrastra ---- boda (supuesta) con el príncipe.

Metafóricamente, la historia nos dice que hay que reprimir las pasiones incontroladas o éstas se convertirán en la propia perdición. Sólo la  muerte de  Blancanieves es rescatada por un príncipe y solo ella se despide de los enanitos, o sea de su rutina de esfuerzo y trabajo a la que fué condenada, la muerte de la celosa reina posibilita la existencia de un mundo feliz, hecho que no sucede en la película de un modo clarificador. 


En resumen, pocos son los valores que coinciden en el cuento y en la película y muchos los que se diferencian. 
Aquellos que permanecen iguales en ambas historias son el  narcisismo de la reina, representado por el espejo, la presencia del cazador como figura paterna y la estancia de Blancanieves con los enanitos, que  representa el  periodo de crecimiento, pero que vemos que en la película se  contradice un poco, pues Blancanieves no evoluciona físicamente.

En resumen, aquellos motivos que se modifican en la película son:

En primer lugar y más importante la desaparición del conflicto edípico, ya que se suprime la figura del padre y de la madre. Este hecho es fundamental para el desarrollo y la comprensión del pequeño de la historia.
De esta manera, la película se centra principalmente en el narcisismo, dejando a un lado el conflicto edípico.
También encontramos otras características en la película, como son el protagonismo que se otorga a los enanos, quitándoselo a Blancanieves; la ruptura de la regla de tres que imposibilita al niño el pensar que las cosas se pueden solucionar en varios intentos; la ausencia del fin de la inocencia sexual de Blancanieves al no haber dividido la manzana en una parte roja y otra blanca, como se hace en el cuento y, sobretodo, el final, donde aparecen la persecución entre los enanitos y la reina, el beso del príncipe y el castigo no clarificador de la reina, que niega al niño la posibilidad de poder creer en la existencia de un mundo feliz, sin la presencia del mal.


 En estos cuentos y leyendas suele ponerse en evidencia nuestra condición humana y sus etapas, como aquí por ejemplo  que se muestra, además de una familia destrozada,    la evidia y una patología narcisista, que juntos provocan un comportamiento malvado.  A veces de forma un poco exagerada claro está, pero la literatura ha sido un faro para iluminar la comprensión de las sombras que hay en nuestra conducta , y en lo personal creo que lo seguirá siendo por mucho tiempo más. Aunque se puede decir que muchas cosas han cambiado, con el paso de los años se ven progresos y avances sobre todo en la tecnología y en la técnica para combatir ciertas enfermedades y mejorar las condiciones de vida, pero en cuanto a la conducta humana se refiere, no parece haber cambiado mucho desde entonces.

En 1910, Freud usaba el término narcisismo para referirse a la forma particular de elección de objeto de los homosexuales. Poco después, y en el contexto del análisis de las memorias de Daniel Paul Schreber, Freud opta por establecer una definición donde el narcisismo es un estadio evolutivo intermedio, entre el autoerotismo infantil temprano y la elección de objeto que finalmente conduce, acabado el período de latencia, al amor objetal, o sea al amor fuera de sí mismo.
Recién cuatro años después, a partir de su ensayo Introducción al narcisismo, el concepto adquiere además una significación económica (es decir, de equilibrio de energía) y dinámica, constituyendo el inicio de los escritos llamados meta-psicológicos. Ahora, se funda por fin, el concepto como tal, lo que implica una reformulación teórica, ya que aparece una diferenciación de la libido en "libido yoica" y "libido de objeto"; hecho importante en el marco de la disputa de Freud con su discípulo Jung que propiciaba y sostuvo que la energía psíquica es única e indiferente. Freud, sin embargo sostiene de aquí en más, que hay una libido que a partir del nuevo acto psíquico que funda el Yo del narcisismo primario (Ich Ideal)- catectizará (o investirá) "todas las representaciones del yo", que luego podrán ser volcadas en los objetos.

El  narcisismo secundario

 

Respecto del narcisismo secundario, más fácil de distinguir, la utilización freudiana puede establecerse como sigue:
  • Narcisismo como forma de designar estados mentales patológicos (narcisismo esquizofrénico, por ejemplo, o en la «neurosis narcisista», que es modo como Freud denominó inicialmente las psicosis) donde la investidura libidinal que previamente estaba puesta en objetos recae ahora, regresivamente sobre el yo;
  • Narcisismo como estructura estable (Yo realidad definitivo), donde existiría equilibrio desde el punto de vista económico (flujo de energía psíquica libidinal) porque las investiduras (catexis) estarían repartidas armónicamente entre los sistemas y los objetos; desde el punto de vista tópico se puede afirmar que el componente estructural «ideal del yo» y superyó definitivo, se generan a partir del llamado sepultamiento o abandono del Complejo de Edipo, la también denominada "operatoria de castración".
En el segundo caso Freud no se refiere al narcisismo como fenómeno de regresión, ni como una fase evolutiva, sino que involucra una definición estructural.

Divergencias en torno al narcisismo primario

Ya en la propia obra de Freud hay gran diversidad y fluctuaciones en la aplicación del término, debido probablemente a que él era quien estaba definiendo el concepto en el psicoanálisis. De una manera general, se refiere, con el término de narcisismo primario, al momento en que el niño se toma a sí mismo como objeto de amor, antes de elegir objetos externos.
Hasta 1915 sostendrá que se trata de aquél período intermedio entre el autoerotismo primitivo y la elección de objeto (la que posibilita el amor objetal no narcisista). Freud plantea que la diferenciación del yo como instancia psíquica surge de manera paralela a esta fase.
Sin embargo, Freud vuelve a hacer ajustes a esta teoría cuando formula su modelo estructural de tres instancias Ello, Yo y Superyó.
Con esta nueva concepción de narcisismo primario resulta inútil diferenciarlo de una fase previa autoerótica y Freud deja de utilizar el término "autoerotismo".


Uno de las proposiciones centrales de Freud es que toda posición, una vez alcanzada, no será nunca fácilmente abandonada, lo hace comprender que no hay ninguna de estas instancias que desaparezcan en un adulto. Freud denominará regresión al caso de que alguna de aquellas posiciones infantiles se presente en la actualidad.
En cualquier caso, el narcisismo primario se trata de una fase completamente «anobjetal» (para Freud esto se debería a que aún no hay un Yo), cuya existencia ha sido cuestionada por muchos autores:
  • Para Melanie Klein, por ejemplo, las relaciones tempranas infantiles son relaciones objetales, por lo tanto hablar de una fase narcisista no tiene sentido alguno si en el lactante existe desde un comienzo el yo y la relación objetal.
  • Jean Laplanche y Jean Bertrand Pontalis apuntan en su Diccionario de Psicoanálisis además lo problemático que resulta imaginar desde el punto de vista tópico qué es lo que resulta catectizado cuando se habla de un narcisismo indiferenciado, anobjetal y previo a la constitución del yo. El término «narcisismo» no les parece a estos autores adecuado para designar una fase que es anobjetal y que no tiene nada que ver con las relaciones especulares a los que la etimología de la palabra alude.
  • En la lectura de Jacques Lacan, el narcisismo primario es concomitante (correspondiente) con el estadio del espejo, es decir con el momento en que el niño ve su propia imagen en el espejo como un todo, momento en que para Lacan surge la instancia yoica. Lacan recoge la diferenciación inicial de Freud y utiliza el término "autoerotismo" para referirse a la fase previa, más temprana, de pulsiones parciales y de cuerpo fragmentado. Antes de la fase del espejo, el niño no ha visto nunca su cara ni su cuerpo completo, no ha podido sentirse como un Yo.

Lecturas

  • Freud, Sigmund, Introducción al narcisismo en: Obras Completas, Vol. XIV, Amorrotu, B. Aires, 9ª Edición, 1996. (Traducción del alemán por José Luis Etcheverry, título original: Zur Einfuhrung des Narzissmus 1914) ISBN 950-518-590-1.
  • Freud, Sigmund, Conferencias de Introducción al Psicoanálisis. 26ª Conferencia. La teoría de la libido y el narcisismo en: Obras Completas, Vol. XVI, Amorrotu, B. Aires, 9ª Edición, 1996. (Traducción del alemán por José Luis Etcheverry, título original: Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse 1914) ISBN 950-518-592-8.
  • Freud, Sigmund, Duelo y melancolía en: Obras Completas, Vol. XIV, Amorrotu, B. Aires, 9ª Edición, 1996. (Traducción del alemán por José Luis Etcheverry, título original: Trauer und Melancholie 1916.

2 comentarios:

  1. Para los que no recuerdan muy bien el cuento aludido en el artículo les refresco la memoria jeje, Resumen del cuento:
    Una reina muy bella siente envidia de su hijastra Blancanieves cuando su espejo "mágico" le dice que al crecer Blancanieves ha pasado a ser la más bella del reino, y ordena a un soldado que la mate. El soldado se apiada y la deja libre en el bosque, donde encuentra cobijo en una pequeña casita habitada por siete enanitos. Ella se queda a vivir con ellos, a cambio de ayudarles limpiando y cocinando. Pero la madrastra se entera por el espejo de que sigue viva, y prepara una manzana envenenada, que le da a probar haciéndose pasar por una anciana vendedora. Entonces Blancanieves cae muerta, y los enanitos la encierran en un ataúd de cristal. Un príncipe que pasaba por ahí, se enamora al verla tan bella, y les pide que se la den. En una sacudida del ataúd, Blancanieves expulsa el trozo de manzana de su garganta y revive, enamorándose del príncipe con quien se casa.

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  2. Profundizando un poco más en esta teoría, tenemos que las relaciones amorosas, muy a menudo, están construidas a partir de imágenes asociadas con la visión que cada integrante de dicha pareja tiene de sí mismo. Uno ama, contrariamente a lo que se pueda pensar, a alguien que es como uno mísmo o que encarna lo que uno quisiera ser...En este sentido, la meta del amor, es que a uno lo amen a cambio. El sujeto hace todo lo posible por arrastrar a su pareja a la jaula de su propio narcicismo.

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